Hay muchos errores que puedes cometer al redactar un email profesional, desde cometer faltas de ortografía, no incluir un asunto, usar emoticonos…pero hay uno que muy pocos saben que están cometiendo.
Empecemos por ti: ¿siempre pides algo cuando envías un correo buscando empleo o haciendo networking? Si la respuesta es negativa, tú también estás cometiendo un gran error.
Es fundamental dejar claro qué quieras que haga el destinatario del email; ¿quieres que te resuelva una duda?; ¿quieres que te llame por teléfono?; ¿quieres que te diga cuando puede reunirse? Es importante que le des una razón por la que contestar.
Al igual que debes asegurarte de incluir tu propuesta, también debes dejar fuera cierta información. No te vayas por las ramas, un correo profesional debe ser breve, claro y conciso.
Así, también debes prestar atención a quién estás incluyendo entre los destinatarios, ¿todos son relevantes? ¿o vas a hacer que algunos de ellos pierdan el tiempo porque en realidad no les concierne? Tu lista de destinatarios debería limitarse a aquellos a los que llamarías para hablar sobre el asunto, si no les contactarías directa e individualmente no satures su bandeja de entrada.